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Crónica. La Minorista, una pequeña urbe en la gran ciudad (página 2)



Partes: 1, 2

 

Fernando tenía un puesto de alquiler de
películas y venta de música en uno de los
locales que hoy pertenece a Clara, pero él no deja de ir
allí a pesar de que hace cinco años trasladó
su negocio a Belén – La Mota.

Sus amigos y sus recuerdos se encuentran en ella.
Él va se toma un café y
habla con todos, se entera de lo que pasa, todos son como una
gran familia.

"Yo tuve mi negocio aquí como ocho años,
pero con la reestructuración que sufrió la plaza,
decidí irme.

En el sector en el que yo tenía mi negocio, lo
volvieron de productos
desechables y de cosas por el estilo, así que era mejor
que todo estuviera organizado como estaba pensado. Lo mejor era
irme, pues mi puesto ya no tenía cabida en el sector que
se encontraba", cuenta Fernando, mientras con su mano muestra el local
que antes fue suyo y entre risas le dice a Clara que ella se lo
quitó.

Ahora todo es tan organizado que para montar un negocio
nuevo se tiene que pedir permiso, no se puede llegar y poner el
negocio que se quiera, como sucedía antes.

Desde hace ocho años la Cooperativa de
Comerciantes de la Plaza Minorista, Coomerca, y actualmente la
Policía, han ido organizando todo, tanto la parte física como
social.

Según el reportaje "Plaza de todos, Plaza de
nadie", de Luz María
Tobón "la Policía había salido de la
Minorista porque fueron acusados por los comerciantes de ser
cómplices de las bandas atracadoras que antes azotaban al
mercado".

Junto con la colaboración de la Secretaría
de Gobierno se
inició un proceso de paz
en el que se buscó la resocialización de los
diferentes grupos armados.
Julio César Piedrahita, gerente de la
Cooperativa, cuenta cómo estos jóvenes cambiaron su
vida, se les dio trabajo a
algunos, porque a todos era muy difícil darles y como hoy
día lideran diferentes programas para el
desarme y la no-violencia.

Estos jóvenes que ahora luchan por la convivencia
pacífica, llegaron a la plaza buscando el poder, y con
el fin de vencer a las bandas de atracadores que habían en
la Minorista, por la violencia que se gestaba en sus barrios y
que los hizo, a muchos de ellos, formar bandas, para defenderse
de las otras, además esto les permitía tener un
sustento económico.

"La gente desconoce porque uno es malo, todo el mundo
dice que mira ese tan malo, y no piensan que tal vez no era malo,
sino que lo volvieron así", dice Jhon Atehortúa,
uno de estos jóvenes.

Como Jhon muchos jóvenes se dedicaron a matar, a
robar y a cobrar venganza por todo lo que les habían hecho
en sus barrios, siendo aún unos niños.

Él por ejemplo fue obligado a unirse a uno de
estos grupos porque lo amenazaron de muerte, luego
huyó de su barrio y formó su propio grupo para
poder defenderse de los otros, no se podían dejar matar
así porque sí. "Yo estudiaba y era muy juicioso,
pero a los once años me sacaron de mi casa y no pude
volver. Sólo cuando decidí buscar la paz y empezar
un pacto de resocialización, pude volver".

Ahora el grupo de jóvenes de la Minorista no
sólo se dedican a trabajar sino que además
estudian. Muchos están terminando el bachillerato, otros
haciendo estudios en primeros
auxilios, tratamiento y procesos de
alimentos y
cursos con los bomberos para atender emergencias, y dos ya
están estudiando en la universidad.

Pero la gente desconoce la mayoría de procesos
que se han vivido en y alrededor de la Minorista y aún les
da mucho miedo ir. Desde hace ocho años estos
jóvenes decidieron iniciar un proceso de paz. Con la ayuda
del Gobierno y la Policía, lograron sacar los diferentes
grupos armados y crear una conciencia de
tolerancia y
solidaridad.

Ahora ellos hacen parte de la vigilancia del lugar,
vestidos de civil, cada uno tiene una función.
Pero ante todo tienen claro que lo principal es hacer de la plaza
un lugar seguro y
tranquilo, no sólo para sus visitantes sino para los
dueños de los negocios.

Para que no se tenga que repetir lo que en años
anteriores, como comentaba Clara " aquí uno parecía
robándose la plata de su propio negocio para poder
sacarla, ahora uno puede andar con toda tranquilidad nadie te
roba y fuera de eso están los bancos"

Los jóvenes que participan en este proceso de
resocialización saben que la justicia ya no
la pueden hacer propia, como lo hacían antes, matando a
todo aquel que representaba un conflicto. No,
ahora ellos trabajan de la mano con la Policía. "Si
cogemos algún pillo por ahí, se lo entregamos a la
Policía, ellos ya verán que hacen con él.
Pero ya no usamos la violencia. Prácticamente ya no
tenemos ni armas, no vemos
la necesidad de hacer uso de ellas", dice Alexander Vergara, otro
jóven perteneciente a este grupo.

"El lugar es tan seguro, que yo vengo y entrego mi
mercancía a los puestos a los que yo les distribuyo, el
arequipe y la leche
condensada y salgo con más de dos millones de pesos en
efectivo y no me pasa nada", cuenta Luz Elena Puerta, una usuaria
frecuente de la Minorista.

"Además, yo aprovecho y compro algunas cosas que
necesito para la casa. Así que es mucho lo que me demoro
en la plaza y aunque uno anda con miedo de que le suceda algo por
la cantidad de dinero que uno
tiene, nunca me ha pasado nada. Me da más miedo cuando voy
en el carro, siempre está uno esperando que le salga
algún motociclista con un arma o algo por el estilo",
concluye Luz Elena, mientras saca de su carro algunas canastas
con sus productos, que en ese instante se dispone a
repartir.

Ahora la Minorista tiene dos bancos, AV. Villas y
Colpatria. Todos los propietarios y clientes, pueden
tener acceso a sus servicios sin
mayores inconvenientes y con la máxima seguridad.

Antes en la época de los grupos armados, de tanta
sangre y
vandalismo había un banco, el Banco
Popular, pero lo tuvieron que cerrar. Tenía ladrón
propio y en la semana, lo asaltaban una o dos veces.

Clara insiste, en que después de todo ese
infierno que fue la Minorista, ahora para ella es un
paraíso. Para ella como para Fernando, la Minorista es
más segura que el resto de la ciudad.

Blanca Rosales, empleada doméstica, no cambia
mercar en la minorista por nada. " Mis patrones me mandan a
comprar las verduras a la Minorista y a veces al Éxito,
pero yo prefiero la plaza, uno se siente más en
confianza.

No importa como esté uno vestido y uno habla con
los vendedores y se entera de chismes. Es lo más de bueno.
En cambio en los
supermercados lo miran a uno de abajo a arriba, como si uno se
fuera a robar algo" termina diciendo Blanca, con un gesto de
indignación.

Como Blanca estos jóvenes también son
mirados por la sociedad de
una forma despectiva sin conocer qué los llevo a ellos a
esa vida de violencia, como comenta Jhon "Nosotros venimos de una
fase de guerras.
Nosotros éramos unos pelados estudiosos,
trabajadores.

Cuando empezaron esos problemas de
bandas de milicias nos tocaba volarnos del colegio, uno
tenía que estar a las seis de la tarde en la casa, sino
tenía problemas con los de las bandas. Ya a lo
último nos dijeron que nos teníamos que meter a esa
organización o sino empezaban a matarnos o
hacernos ir del barrio y eso fue un hecho, porque nos hicieron ir
a casi todos del barrio."

Jhon se fue para un pueblo a estudiar, él era de
Moravia, la decisión de enfrentar a estos grupos
llegó cuando los jóvenes que habían sido
sacados del barrio decidieron reunirse porque estaban cansados de
que los estuvieran amenazando y matando, "Si ellos nos
están haciendo la guerra
nosotros también, nos tenemos que defender".

En ese barrio estaban sus familias y no podían
verlas, por eso y por la violencia empezaron a declararles la
guerra a los jóvenes armados.

De otra parte llegaron a la Minorista porque allí
había un grupo llamado milicias, que por la mañana
supuestamente cuidaban y por la tarde robaban a la personas.
Entonces la gente se cansó y decidieron contactarlos a
ellos. Llegaron hace ocho años a la Minorista y empezaron
un proceso de paz con la ayuda de la Gobernación y el
Pastoral Social, no sólo allí, sino también
en el Bosque y en Moravia.

Empezaron un cambio en la plaza, se dedicaron a orientar
a la gente, a explicarles que la violencia no lleva a nada bueno,
ya que ellos ya lo habían vivido, y les podían
hablar desde sus propias vivencias.

Estos jóvenes no sólo están en este
proceso de paz también participan en otros movimientos,
Jhon por ejemplo trabaja con el Pastoral Social y hace parte del
Movimiento
Solidario por la Vida y el Desarme No mataras. Él Trabaja
con los jóvenes de los barrios de los que están y
que no están en el conflicto.

La iglesia y
Secretaría de Gobierno los ayuda mucho, en estos momentos
hay 15 ó 16 muchachos terminando el bachillerato que les
tocó dejar hace mucho tiempo, es un
proceso que los llevó no solo a dejar la violencia
también a poder desarrollarse como mejores personas y
profesionales que le pueden aportar a la sociedad.

En la Minorista hay seis jóvenes que trabajan con
la Cooperativa Coomerca y los otros trabajan en espacio
público. Ayudan a controlar que no haya problemas. Ellos
colaboran como operarios de seguridad vestidos de civil, y en
todas partes hay seguridad uniformada; se comunican por radio y si ven a
alguien extraño o alguno de los jóvenes que antes
robaban en la plaza inmediatamente lo retiran.

Gracias a la nueva seguridad, el hurto a los negocios y
a la gente a disminuido en un 95%.

La plaza ahora es visitada por mucha gente que antes no
lo hacía por miedo, la gente ya viene tranquila, porque
saben la seguridad que hay. "Los pillos ya dicen que la Minorista
no, porque si no los coge la Policía los cogen los
muchachos", cuenta Julio César.

"Esto es una ciudad dentro de la ciudad, y como en todas
partes hay gente que lo quiere y no lo quiere, Si hay 100
personas que no nos quieren hay 900 que si, y si esas 100 no nos
quieren no nos vamos a ir en contra de ellas, sino que antes les
damos a conocer de lo que ellos están haciendo es mal",
comenta Jhon, mientras toma un lápiz y empieza a jugar con
el pasándolo de dedo en dedo. Además dice que las
personas deben recapacitar para el bien de todos, ya que ellos
entendieron hace mucho tiempo que es bien y que es mal, la gente
es la que necesita entenderlo ahora.

En Medellín hay 3 procesos que llevan 8
años, y son los que han tenido más acogida en los
jóvenes: Movimiento No Mataras, el de la Minorista y
Casamia que es de Santander, son los que más han durado
debido a las ganas de estos jóvenes de salir adelante y el
respeto que ahora
sienten por las autoridades.

Las autoridades o mejor el Gobierno también es en
parte el responsable de toda la problemática que es la
violencia según Alexander: "los conflictos son
por las ganas del pobre de tener lo que tiene el rico, esa es la
problemática del país. Y si el Gobierno no empieza
ayudarle a la gente pobre y de bajos recursos, siempre
va haber guerra en el país. Los pobres siempre van a
querer lo que tiene los ricos y los ricos ya están
hastiados de lo que tienen".

Como él muchas personas le echan la culpa al
Gobierno de muchos de los problemas de violencia pero si como
este grupo de jóvenes muchos más decidieran dejar
las armas y empezar una vida diferente, no sólo
funcionarían bien tres de los procesos de paz sino
muchísimos más.

 

Por:

Alejandra Toro Mesa

Sharay Rueda Sánchez

sharaysrs[arroba]yahoo.es

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